viernes, 26 de mayo de 2017

 

De somno et insomniis. Los procesos del sueño en Sor Juana Inés de la Cruz.


Pensar en un claustro y en particular en la celda conventual de una orden de clausura monástica, es traer al presente la historia, la presencia, la imagen del religioso y sus procesos físico-espirituales. La celda del monje es el lugar de la soledad y su componente principal es el lecho, la cama, objeto muy cercano a lo sagrado que dentro de la celda y dentro de la vida toda, es una pieza fundamental en cuanto es la imagen de una existencia humana personal.  La cama,  es el artefacto ritual que acompaña el tránsito humano por esta vida siendo un elemento excepcional en el que además de acontecer los grandes sucesos de la vida,  al ser receptáculo en el nacimiento y  lecho funerario a la hora de partir,  también es el lugar de los sueños, de las presencias y las ausencias, del monólogo y el diálogo, de la soledad, los deseos, las angustias, los insomnios, las enfermedades, las desilusiones,  el silencio que es la más importante de las virtudes monásticas, en fin, es el lugar en donde sucede todo lo más profundamente humano, que se transforma en objeto de veneración al ser un núcleo sagrado de misterios de vida, sobre el cual se asimilan y comunican la vida y la  muerte.

Es justamente en éste espacio sagrado en el que Sor Juana experimenta de una manera peculiar, intensa, mística y clarividente su propio proceso del sueño, de cuya observación analítica surge el gran poema Primero sueño, que ha dado lugar a una enorme cantidad de análisis y textos escritos sobre él por grandes pensadores, entre ellos José Gaos[1], quien divide el poema en cinco grandes momentos y serán sobre éstos que dialogarán las obras:

1.           La media noche. El poema se descubre con la narración de una “pavorosa sombra fugitiva” que se dirige al cielo. (V.9) La luz y la sombra se funden para implantar el reinado de la noche. Esta es la primera fase clínica del sueño en la que predomina la vigilia y atención focalizada.

2.           El dormir. Después de llegada de la noche, inicia el dormir del cuerpo de manera que los sentidos quedan “si privados no, al menos suspendidos” (v.172) “del que ejercicio tienen de ordinario” (v.169). Dos elementos indispensables para este estado previo al sueño son: la oscuridad y el silencio, de manera que, con el triunfo de la noche, viene la conquista del silencio:  Aquí, el alma se descubre libre, fuera de todo cautiverio que interfiera con su tránsito y elevación hacia el saber. Suspendida en el aire, colocada sobre lo que para ella es una cima altísima de un monte, el alma “la vista (…) libre tendió por todo lo criado”. Con el dormir de los sentidos, el alma se libera y trasciende hacia la sabiduría, pues ella considera que el sueño es la forma de trascendencia para el alma humana, ya que el sueño físico lleva consigo la liberación y el despertar del alma. El silencio se presenta como cimiento de conocimiento y enmarca el viaje cognoscitivo junto con la oscuridad y el sueño. En ésta segunda fase, predomina la atención dispersa del sueño que precede al onírico

3.           El sueño. Surge más o menos desde el verso 440 hasta el verso 872, cuando el alma se instala en “la eminente cumbre de un monte” de altura incalculable y extiende la mirada hacia “todo lo criado”, es allí en donde el alma tiene la oportunidad de atisbar la realidad, de percibir la esencia de todo; pero ante tal revelación, cualquier intento de comprensión será inútil y el alma fracasa en su deseo de conocerlo todo. Al principio el alma intenta desempeñarse por el camino de la intuición, buscando la verdad inmediata que explica en los versos 440 al 494, pero, aunque el conocimiento dio señales de ser accesible a la vista, no es así con la comprensión, que “retrocede cobarde” (v.453), pues la grandeza de éstos objetos la hace incapaz de aprehenderlos. La vista se acerca a ellos, pero es cegada por los rayos del astro rey, que como le sucedió a Ícaro, derritió sus alas pues, “por mirarlo todo, nada vía, ni discernir podía” (v. 480-48). Ésta es la parte central del poema que se manifiesta en un sueño de ondas largas y lentas de sueño onírico profundo en donde hay una absoluta pérdida de la conciencia y una atonía muscular total. Este es el estado más cercano a la muerte. Mientras que el alma está haciendo intentos por avizorar la realidad, el calor comienza a desatar “las cadenas del sueño” y describe el despertar de los sentidos. Se produce entonces la llegada del día y con ella el final del sueño.

4.           El despertar. Después de una segunda tentativa de conocimiento, tiene inicio el lento despertar en el que se comienzan a “desatar las cadenas del sueño” (v.853) y la luz hace su aparición con un nuevo día. En este estado, el espacio y el tiempo pueden ser medidos usando como único referente el alma misma y su orientación en relación primero con la luna y después con la llegada del amanecer. En ésta cuarta fase comienza el proceso del despertar, en donde la luz y los vapores junto con los tardos esperezos y los ojos entreabiertos inician poco a poco el contacto con la realidad regresando a la vigilia.

5.           El amanecer.  Por último, todos los sentidos se ponen en contacto con el día que comienza y las ondas cerebrales retoman la forma que tenían al inicio del proceso. El poema se concluye con “el mundo iluminado, y yo despierta”.

La composición tiene una proporción impecable alrededor de un núcleo: en los extremos exteriores coloca la media noche y el amanecer; entre dichos extremos y el centro sitúa los actos del dormir y el despertar; y en el corazón del poema, el sueño, de tal modo que la composición se afirma en parejas de contrarios arropando el sueño o viaje central.




[1] José Gaos, El sueño de un sueño en Historia Mexicana, México. 1960.
 
 
 

De somno et insomniis.


Autor: Ma. Angélica González Dávila

Serie: De somno et insomniis

Instalación integrada por cinco camas de hierro oxidado y sellado, colchones, lonetas de algodón grabadas con rayo láser y almohadas.

2017.
 
 
 
 
 

 
 

Con base en el poema Primero sueño de Sor Juana Inés de la Cruz, a quien ella se refirió como “un papelillo que llaman El Sueño”, se colocan 5 pequeñas camas cuyos marcos de hierro soportan colchones, almohadas y cubre-cama siendo cada una distinta dentro de su similitud y teniendo su propio espacio y sentido. Cada una de ellas hace referencia a los cinco momentos del sueño, a los que apunta el poema, en el cual Sor Juana realiza una delicada explicación del sueño en cuanto al acto del dormir, pues la gran jerónima comprendió y describió de un modo particularmente preciso, los ciclos y procesos que siglos después pudieron ser registrados y diferenciados por la ciencia desde una fisiología del sueño a través del electroencefalograma. Ella describe en el poema dos realidades, una que es fisiológica y otra que por definición es invisible y se sitúa más allá de lo sensorial, de manera que su discurso central gira sobre una realidad vista no por los sentidos sino por el espíritu.

Mediante la observación de estas camas y su entorno, el espectador podrá reflexionar no solo sobre los ya dichos procesos que tienen lugar durante el sueño, sino sobre otros procesos humanos, como los momentos de soledad, de angustia, de enfermedad, de purificación, , sobre la vejez y sobre los procesos que tienen lugar durante la vida humana desde el nacimiento hasta la muerte, de manera que cada lectura sea un camino a nuevas interrogantes, pues este poema es, como toda obra de arte, una creación que permanece abierta hacia lo inacabado en un continuo proceso, pues el intento de conocimiento al que se refiere, es un continuo dormir y despertar personal.
 

 


 


Cama 3
Autor: Ma. Angélica González Dávila
Serie: De somno et insomniis
Título: Vertice montis. (Cumbre del monte)
Medidas: 70 x 190 x 70 cm.
Material: Hierro oxidado y sellado, colchón y almohada.
Loneta de algodón con impresión de actividad electroencefalográfica de la tercera fase del sueño grabada con rayo láser.
Piel de oveja
Año: 2017
 
 
Cama 1.  Eerie umbra (La pavorosa sombra)
Cama 2. Vincula somnum (cadenas del sueño)
Cama 3. Vertice montis. (Cumbre del monte)
Cama 4. Somnum solvere catenae (Desatar las cadenas del sueño)
Cama 5. Matutinus (El amanecer)
 
 

Corpus vestigium (Huellas corporales)

La propia huella corporal durante el proceso del sueño apunta a la presencia y a la ausencia del ser durmiente de manera que lo invisible se revela a través del rastro incorporado al lienzo. Esta huella representa no solo el indicio de que hubo alguien allí, una presencia que ahora es ausente, también es la señal que se imprime y queda registrada, de un momento preciso del sueño.  
El poema Primero es Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz comienza con la llegada de la noche, la  cama #1 Eerie umbra (La pavorosa sombra) va acompañada de un lienzo colgante Silentium (silencio) representa el proceso en el que Sor Juana describe la llegada de la noche, es entonces cuando el alma se desprende del cuerpo en un viaje hacia la cúspide del conocimiento: “Piramidal, funesta, de la tierra nacida sombra, al Cielo encaminaba de vanos obeliscos punta altiva, escalar pretendiendo las estrellas;” (vv 1-4). En una clara alusión platónica de ese deseo del alma de retornar a su patria originaria, hacia el Ser luminoso de la sabiduría. La noche está representada por las “nocturnas aves tan obscuras, tan graves que aun el silencio no se interrumpía” (v. 24). El mundo de la vigilia es de apariencias, los entes solo sombras son y para alcanzar el Ser o la esencia del mundo y tener ese contacto con Él es necesario desprenderse de los obstáculos de estas sombras producidas por los sentidos externos, limitados en su pretensión epistémica es imposible penetrar a los entes en toda su luminosidad, es necesario el sueño como condición de posibilidad del ascenso por medio de la imaginación despierta, son las alas y el ojo del espíritu quien observa y supera el mundo de los sentidos. El triunfo de la imaginación se representa mediante metáforas mitológicas en este poema, (vv 20-50) en una clara transgresión de los límites del mundo, un conocimiento reservado exclusivamente a los dioses y no a razón finita “aparentemente” despierta, pues el mundo de la vigilia es obscuridad.
Sor Juana se da cuenta del poder transgresor de la razón, de ahí sus referencias mitológicas a dioses y diosas grecolatinos y egipcios, dioses de la noche, aves nocturnas.  Sor Juana hace alusión a la diosa Nictimene: “la avergonzada Nictimene acecha de las sagradas puertas los resquicios…sacrilega llega a los lucientes faroles sacros que extingue” (vv 30-40), diosa que aprovecha la noche para tener relaciones incestuosas con su padre y es quién apaga las velas en los santuarios y bebe del aceite de los altares, es una forma simbólica de representación de la ambición de conocimiento de la razón, hay en el poema una analogía con el Faetón hijo del Dios Apolo a quien le deja las riendas del carruaje para acercarse al sol, refiere a la figura de Ícaro que al pretender llegar al sol se quema y cae derrotado sobre la tierra, así el alma en su ascenso. El poema de Sor Juana abandona y supera el castigo bíblico del castigo adánico de transgresión por comer del árbol de la ciencia, el árbol de Minerva es de corte muy distinto, o el castigo de la Torre de Babel en donde el castigo es la confusión e incomunicación entre los hombres por la diversidad de lenguas. En tono profano y laico, Sor Juana recurre a figuras mitológicas egipcias como es la “Pirámide” dedicada al Dios del Sol o a  Zeus, Minerva, Faetón, Apolo, Dionísios, Ícaro y a la transgresora Nictimene, la convertida en lechuza por la diosa Atenea.
La cama #2  Vincula somnum (cadenas del sueño) representa el dormir del cuerpo, aquí María Angélica González Dávila  emplea un lienzo colgante Sensus suspensus (sentidos suspendidos) en donde ella imprime su cuerpo dormido volteada del lado derecho, acompañado de las fases cíclicas del sueño físico mediante esta fase del encefalograma que apreciamos sobre la segunda cama y que aparece también en la actividad cerebral de esta fase del sueño que en el videograma expuesto en esta sala. Los sentidos externos de la vigilia quedan “si privados no, al menos suspendidos” (v.172) “del que ejercicio tienen de ordinario” (v.169). Se trata de un tiempo de lo extraordinario que rompe el oscilar del tiempo cronológico, en la intimidad de la oscuridad y del silencio, estamos frente a la rebelión de la noche, la conquista del silencio de los imaginarios. El alma se rebela a los sentidos y a la razón que la aprisionaban, es el triunfo de la imaginación como análoga de la razón emancipada del conocimiento por vía dialéctica y posibilita otra manera de alcanzar el ser de la realidad imposibilitada por la vigilia, en donde el alma limitada accedía solo al mundo de las apariencias, ahora emancipada de todo cautiverio que interfiera con su tránsito y elevación hacia el Ser. Suspendida en el aire, colocada sobre lo que para ella es una cima altísima de un monte, el alma “la vista (…) libre tendió por todo lo criado”.  El alma sigue atada aún a la corporalidad  “impedida siempre la tiene, corporal cadena” participa del Ser, tiene realidad gracias a este préstamo “participada de alto ser, centellea que con similitud en sí gozaba” (vv 286-300) intenta volar a la cuspide “hasta que fatigada del espanto no descendía sino despeñada se hallaba al pie de la espaciosa basa…” (vv360-365)
La cama # 4 Somnum solvere catenae (Desatar las cadenas del sueño) va acompañada del tercer lienzo colgante de esta serie Umbra disparatur (se desvanece la sombra), la artista imprime su cuerpo volteado de lado izquierdo para representar el despertar “y los cansados huesos (aun sin entero arbitrio de su dueño) volviendo al otro lado..a cobrar empezaron los sentidos” (vv 853-865), el alma está cansada del descanso y vuelve al sentido de realidad pero este no es más que sombras en una clara alusión a la caverna platónica “Así linterna mágica, pintadas representa fingidas en la blanca pared varias figuras”, se trata del mundo de las apariencias y del error.
La cama #5 Matutinus (El amanecer) está ligada al último lienzo de esta serie Ego surgere (yo despierta), representa el despertar del cuerpo ya con el movimiento de los miembros y su incorporación, representado en la huellas de los pies alrededor del cuerpo. Es el triunfo del día sobre la noche, de Apolo frente a Dionisios, del orden frente al caos. Del intercambio de los tiempos, la prosa del mundo consciente vence a la poesis de la fantasía, pierde nuevamente las esencias al despertar, tocar al Ser verdadero será posible nuevamente durante la noche y por vía poiética corregir el prosaismo del mundo, del tiempo de lo ordinario en vez del extraordinario. El existente dueño de sus sentidos externos y de su plena corporalidad y conciencia vuelve a su pobreza intelectiva, contempla nuevamente apariencias tendrá que esperar nuevamente la noche para acceder nuevamente al Ser y asemejarse a los dioses en una nueva transgresión extraordinaria.
                                                                                                                     Ma. Cristina Ríos Espinosa

 
 
Autor: Ma. Angélica González Dávila
Serie: Corpus vestigium (huellas corporales)
Técnica mixta sobre tela
Serie integrada por cuatro lienzos de 190 x 70 cm.
Año: 2017

 

 

 

 

 

Ccc







 

Corpus vestigium 1.  Silentium (silencio)
Corpus vestigium 2. Sensus suspensus (sentidos suspendidos)
     Corpus vestigium 3 . Umbra disparatur (se desvanece la sombra)
     Corpus vestigium 4 . Ego surgere (yo despierta)




Pulchra esencia (Esencia bella)

Es necesaria una especie de muerte para lograr la elevación del alma hacia el Ser, un  desprendimiento sensible, lo vemos representado en el aro colgante Pulchra esencia (Esencia bella) representa este tercer momento del sueño, el profundo. Esta instalación colgante sobre la cama #3 está integrada por 70 figuras esféricas y semiesféricas de distintos tamaños y representa el universo adonde se va demorando el alma en su ascenso, deleitándose en la luminosidad de cada astro. Lo encontramos entre los versos 440 hasta el verso 872 del poema, el alma contempla la realidad creada desde la altura e intenta atrapar el ser de los entes, el sentido de los existentes le está vedado es imposible atrapar las esencias como las concebía la filosofía antigua de Platón y Aristóteles, los seres claros y distintos de Descartes en el siglo XVII o los “noumenos” de Kant en el siglo XVIII. Los entes creados no revelan su sentido, el alma fracasa en su deseo de conocerlo todo, es la representación de la “paradoja de la razón”, la del ansia del conocimiento y del amor por la sabiduría. Es la representación del carácter transgresor de la razón aunque fallido,  la comprensión “retrocede cobarde” (v.453), imposible alcanzar el conocimiento mediante método inductivo primero y dialéctico después, solo es posible triunfar mediante la fuerza de la imaginación a través del sueño,  la de los “simulacros”, los fantom o imágenes coloreados por la fantasía, esa intuición u ojo del alma alcanzará a observar lo que a la ciencia y a los sentidos externos les está vedado, es un claro límite de la razón, una crítica al método (ratio) que vemos claramente en Sor Juana un siglo antes que la Crítica de la Razón de Immanuel Kant, es el ethos barroco como forma de compresión del sentido del universo análoga a la de la razón, una resistencia al método (ratio), es decir, mediante una comprensión hermenéutica y simbólica. El giro copernicano lo da primero Sor Juana en 1692, si los sentidos externos se ven imposibilitados de atrapar certezas y nos engañan como decía Descartes en 1637, el ojo del espíritu en su viaje de ascenso en el sueño lo logrará pero no por vía racional sino con su análogo la hermenéutica simbólica del barroco y de los mitos como forma primigenia de la verdad.
                                                                                                                      Ma. Cristina Ríos Espinosa
 






 

 




De somno et insomniis

Cédula temática (video)
Video con registro electroencefalográfico del sueño de González Dávila, muestra rítmicamente a la par del transcurrir de la poesía, las fases clínicas del sueño comenzando con la vigilia y atención focalizada en la primera fase, manifestada a través de ondas banda beta (+ de 20 Hz) y bloqueo de ondas alfa que se van modificando hacia una atención dispersa del sueño que precede al onírico, apareciendo en la segunda fase ondas alfa persistentes (8 a 13 Hz), la somnolencia comienza a notarse cuando aparecen ondas alfa y theta, (5-7 Hz.)  con alucinaciones hipnagógicas (ondas theta), hasta llegar a transformarse en la parte central del poema en un sueño de ondas largas (SOL) y lentas de sueño onírico profundo en donde hay una absoluta pérdida de la conciencia y una atonía muscular total. Aparecen banda delta (0.5 a 4 Hz) husos de sueño (14 a 16 Hz) y complejos K. Es aquí en esta tercera fase en donde la inteligencia se contempla a sí misma en el esfuerzo por entender los misterios de la naturaleza y la inmensidad de la esfera; hay un sueño con movimientos oculares rápidos de ondas beta y éste es el periodo en el que se presenta la mayor actividad onírica. En la cuarta fase comienza el proceso del despertar, en donde la luz y los vapores junto con los tardos esperezos y los ojos entreabiertos inician poco a poco el contacto con la realidad regresando a la vigilia, describiendo en la quinta fase, como todos los sentidos se ponen en contacto con el día que comienza y las ondas cerebrales retoman la forma que tenían al inicio del proceso.








Título: De somno et insomniis (video)
Autor: Ma. Angélica González Dávila
Performer: Ma. Angélica González Dávila, monitorización con Video-Electroencefalografía (video-EEG) y registro del sueño.
Voz: Ma. Angélica González Dávila, lectura de Primero sueño de Sor Juana Inés de la Cruz.
Duración: 45:41
Formato: wmv 
 
 
De somno et insomniis fue una intervención In situ a la Celda de Sor Juana realizada por Ma. Angélica González Dávila y curada por Ma. Cristina Ríos Espinosa.
Los elementos que integraron la intervención fueron:
De somno et insomniis, instalación de cinco camas
De somno et insomniis, video performance
Pulchra esencia, instalación colgante
Corpus vestigium, serie de cuatro lienzos en técnica mixta
 
La Celda estuvo intervenida del 21 de abril al 8 de mayo del 2017 y en torno a ella se realizaron dos mesas de diálogo.
 
 
Texto de CONACULTA: 
https://www.gob.mx/cultura/prensa/poema-de-la-decima-musa-inspira-exposicion-en-la-universidad-del-claustro-de-sor-juana
https://www.youtube.com/watch?v=mWkBZugAbYo